Personas accediendo a servicios desde varios dispositivos

La ciberseguridad, una cuestión cotidiana

Interesante reflexión sobre la seguridad que Mayte Ortín, Directora Gerente de AST, aporta a la publicación “Actualidad de las empresas aragonesas”

Jueves, 6 Septiembre, 2018

En el número de septiembre de la revista “Actualidad de las empresas aragonesas”, Mayte Ortín hace una reflexión sobre la seguridad en la era digital y los aspectos a tener en cuenta para proteger nuestras organizaciones.

Transcribimos el artículo íntegramente y os animamos a acceder a la publicación completa para disfrutar de otros contenidos interesantes.

 


 

La ciberseguridad, una cuestión cotidiana

Frente al cajero automático de una entidad bancaria, el caballero que me precede me mira de reojo, arquea la espalda, ahueca los hombros, cubre con una mano el teclado y deslizando la otra bajo ella teclea su pin. Diríamos que ha realizado una operación segura.

Vivimos en la era digital en la que el uso de la tecnología es universal, accesible y cotidiano. Transmitimos constantemente datos de diversa relevancia, los dejamos volar, alcanzar la nube y su destino, pero una sola mano no es lo suficientemente amplia para ocultarlos en ese fugaz recorrido.

La utilización de nuevos dispositivos no entiende de barreras generacionales, no requiere de conocimientos o especialización técnica y no diferencia los ámbitos profesionales y personales. El paradigma que ha funcionado tantos años en el que la seguridad consistía básicamente en defenderse del exterior ya no es suficiente, haciéndose necesario un enfoque global que proteja las organizaciones interna y externamente.

Hace unos días la Consejera de Innovación, Investigación y Universidad del Gobierno de Aragón firmaba un protocolo para la colaboración entre el Centro Criptológico Nacional del Centro Nacional de Inteligencia y la Entidad Pública Aragonesa de Servicios Telemáticos, con el objetivo de reforzar aspectos de ciberseguridad.

En los últimos tiempos la ciberseguridad se ha instalado en la agenda de todas las organizaciones públicas y privadas, y rápidamente, ha pasado de ser una ocupación técnica a ser una preocupación para los órganos directivos. Ante este escenario cambiante que evoluciona vertiginosamente, no pueden evitarse numerosas preguntas: ¿cómo asegurar la información? ¿podemos anticipar los problemas? ¿se deben poner límites? ¿qué es lo que está pasando?, ¿qué ha cambiado? ¿con qué finalidad?

Año a año, el foco en materia de ciberseguridad varía: en 2017 fue para los datos robados y secuestrados, en 2018 los ataques de denegación de servicios acapararon esfuerzos, y ante nosotros se sucede un incidente de seguridad tras otro. Quienes vivimos en primera línea este tipo de sucesos todavía recordamos el ataque Wannacry del pasado año y el reto que supuso afrontarlo y solucionarlo de la forma más adecuada.

Como en otros muchos ámbitos, en materia de ciberseguridad también nos olvidamos de lo más importante, las personas. Invertimos miles de euros en seguridad técnica, pero nos olvidamos de concienciar y facilitar herramientas a quienes pueden proteger la información, así como de preparar adecuadamente a quienes deben gestionar las crisis provocadas por este tipo de incidentes. Porque las personas, queramos o no, formamos parte del perímetro de seguridad de nuestras compañías y “una cadena no es más fuerte que su eslabón más débil”, por lo que todos debemos arquear la espalda, ahuecar los hombros y cubrir el teclado con nuestra mano.

Mayte Ortín

Directora Gerente

Aragonesa de Servicios Telemáticos

 


 

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